En Córdoba hay lo que se suelen llamar Ollas. Espectáculos rocosos por entre los cuales se cuelan ríos que bajan desde la montaña y producen piletas naturales, algunas profundas y otras no tanto. Las profundas, son perfectas para hacer clavadismo. Esto llamo nuestra atención, y un día en las vacaciones fuimos hasta una de ellas. Cuando llegamos nos colamos por entre las piedras buscando las famosas ollas, guiándonos por las risas de la gente. Hasta que nos topamos de la nada con un precipicio de unos 23 metros de altura y allá abajo el agua. Daba vértigo. Así que quisimos probar primero con la más bajita. Nueve metros. Que sirvieron para darme envión, y me terminé tirando desde 19 metros de altura. Dos veces, producto de eso, devino un dolor de cabeza que me trunco las ganas de seguir saltando, desde más altura obvio. Algún día quizás… aunque reconozco que después de varios comentarios me da un poco de miedo.
Aquí la prueba de eso.
Santiago
Hace 15 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario