viernes, 10 de octubre de 2008

martes, 23 de septiembre de 2008

Caida Libre

En Córdoba hay lo que se suelen llamar Ollas. Espectáculos rocosos por entre los cuales se cuelan ríos que bajan desde la montaña y producen piletas naturales, algunas profundas y otras no tanto. Las profundas, son perfectas para hacer clavadismo. Esto llamo nuestra atención, y un día en las vacaciones fuimos hasta una de ellas. Cuando llegamos nos colamos por entre las piedras buscando las famosas ollas, guiándonos por las risas de la gente. Hasta que nos topamos de la nada con un precipicio de unos 23 metros de altura y allá abajo el agua. Daba vértigo. Así que quisimos probar primero con la más bajita. Nueve metros. Que sirvieron para darme envión, y me terminé tirando desde 19 metros de altura. Dos veces, producto de eso, devino un dolor de cabeza que me trunco las ganas de seguir saltando, desde más altura obvio. Algún día quizás… aunque reconozco que después de varios comentarios me da un poco de miedo.
Aquí la prueba de eso.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Que Haces Ahi?

Y si, ahora hacemos radio…
Mañana no se, pero hoy se nos ocurrió tener un programa de radio.
Los lunes a las 9 de la matina. Tempranito.
Para ponerle pilas al lunes, día complicado si los hay…

domingo, 14 de septiembre de 2008

Una imagen dice más que mil palabras

La acción transcurre en Malargüe. En las tierras del Señor Walser, más puntualmente en una alejada escuela de singular orientación:
Una escuela de servicio doméstico. Corre el otoño de 1932.

Llega Juan Pablo. Se detiene un instante en la fachada del instituto.
Allí se le caen unas moneditas y rápidamente se agacha a recogerlas.
Golpea la puerta. Nadie atiende. Juan Pablo quiere observar por la abertura de una de las puertas. Aparece Krauss. Lo invita a pasar con un barrido de la mirada.

Juan Pablo sigue de espalda, siempre. Ingresa al instituto.
Heinrich y Krauss le van quitando el saco, el sobretodo...
Le colocan el uniforme. Lo alistan, etc.
Schilinski va hacia proscenio y mira hacia el horizonte.

Schilinski: Disculpe, ¿Cómo estaba el camino? ¿Digo, Podía verse desde lejos el instituto?
Krauss: Shilinski...
Schilinski: No, digamé... ¿Se podía ver?
Pausa
Jakob: Apenas, pero se veía
Schilinski: ¿Nadie más caminó hacia acá, no? ¿Nadie estaba perdido buscando instrucciones? ¿Nadie con un mapa mirando para todos lados, no?
Jakob: No

Schilinski: (A krauss) Igual, insisto en que habría que hacer un cartel. (Decidido) Hay que hacer uno, y señalizar el camino.
Krauss: ¿Por que en vez de perder el tiempo no...?
Schilinski: ¡Es mi tiempo! (Pausa, se contiene) Es mi tiempo. Yo me voy a encargar de buscar la madera... vos a lo tuyo, que yo me encargo de todo... (Pausa. A Jakob) Perdón...
Krauss: Si, disculpe...

Schilinski gira a Juan Pablo frente al público. Ya posee el uniforme.

Krauss: ¿Quiere inscribirse?
Jakob: Si ¿Podría hablar con el Señor Walser?
Heinrich: Por supuesto.

Juan Pablo se ha convertido en el nuevo estudiante del Instituto Walser.
Su nombre será desde éste momento: JAKOB VON GUNTEN.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Marvi´s House

Un yoistick en la mesa desenchufado, desalineado, frio. De botones pequeños, y flechas y una palanquita gomoza que gira loca loca loca loca. Yo estoy loco.

jueves, 4 de septiembre de 2008

martes, 2 de septiembre de 2008

La ruptura del eje


Una estrella de cinco puntas dibujada en el piso con sal, encerrada por una cinta de seda roja formando un círculo con un diámetro de setenta centímetros aproximadamente. Un vaso de leche lleno hasta la mitad, armoniosamente colocado en el centro de la estrella. De fondo, un tema muy bizarro de Frank Zappa. Y ella que me miraba fijo desde que se sentó. Desde hacia cuarenta minutos. Sentada en ese banquito chiquito al lado de la puerta decorada al mejor estilo hippie. Una luz tenue, extremadamente tenue, al punto de causarme dolor de cabeza. O quizás la jaqueca sea producto de los tres sahumerios estratégicamente diseminados por la habitación. Como si hubiera estudiado desde que ángulo, ayudado por la ventisca de la banderola del baño semiabierta, el humo penetrante podría viajar mejor hasta donde yo estaba.
De repente me vibro el celular. Nos sorprendió a los dos. Y ella me miro fríamente, con la misma mirada que me ponía Marta, mi maestra de sexto grado, cuando me mandaba alguna cagada.
Concentrate me dijo, y me saco el celular.
La magia esotérica no es lo mío, siempre lo pensé. Pero ella era muy linda y me dijo que quería llegar a la conexión desde otro lugar. Vos no lo vas a entender me dijo, terminantemente. No tuve lugar a replica. Me quede callado.
Al rato de estar en silencio los dos, se levanto, se paró justo adelante mío y muy pausadamente me pregunto si estaba preparado.
Si, contesté.
Soy un pelotudo pensaba por dentro.
Me tiro una risita chiquitita, casi imperceptible y se fue a su dormitorio.
Que carajo… Me dije a mi mismo, soy un forro. Ya la estaba pasando como el culo. Me quería ir a la mierda, se me habían acalambrado las piernas por completo… me sentía un gil.
Hasta que volvió al santuario improvisado que me había armado y se volvió a parar adelante mío…
Yo ya estaba medio cagado. A esta loca casi no la conocía... Pero me tengo que joder, yo solito me meto con loquitas como esta.
Y saco desde atrás de su espalda sosteniéndolo con las dos manos un tremendo consolador de color fucsia. Enorme.
La miré fijo. Atónito. Como si toda la parafernalia budista me hubiese surgido efecto. Pausa.
Por la cara que tenia, sus intenciones no eran las mejores…
Le pregunte que carajo quería hacer con eso.
Y me dijo que quería usarlo conmigo. Que tenía la fantasía de metérselo por el upite a algún tipo desde hacia varios años, pero que hasta el momento nunca lo había logrado.
No era la mejor manera de pedirme semejante cosa. No a un tipo como yo. Ni siquiera tuvo la sutileza de indagar un poco sobre cuales eran mis gustos personales. Me sentí violado.
Me di cuanta de que me estaba hablando muy enserio y me levante parsimoniosamente.
Para cuando la sangre volvió a fluir por las venas de mis piernas ya estaba caminando por la calle con un pucho en la boca. Como si hubiese estado cogiendo por horas. Pero con un quilombo en el marote…

miércoles, 27 de agosto de 2008

Sin titulo

Nos tenemos que juntar a tocar… Nada más que eso, tocar y ver que sale…
Esa fue la premisa. La idea precursora.
Dos personas que intentan hacer algo de música. Porque les gusta, les interesa… son dos cebados del culo que cuando arrancan no pueden parar y quieren hacer solo eso… mandar todo al carajo y hacer eso que les pareció copado… loquitos, los dos.

Salio algo que no es una basura, una porquería, una bazofia… Es algo que tranquilamente puede ser un interesante boceto de algo. Es esto.

viernes, 15 de agosto de 2008

Y un dia se lleno todo de cenizas


En Mendoza. Malargüe. En un instituto para menores donde les enseñan el arte de la servidumbre. Llego un joven rebelde con quien me entendí desde un principio y pude compartir mis más íntimos secretos, mis pasiones. Mis sueños y pesadillas. A quien le rebele como transitar por el mundo de las mujeres. Y con qué se podría encontrar detrás de cada puerta.


lunes, 11 de agosto de 2008

El sabado 16/8 se Reestrena "La Sonrisa de los Siervos"



La Sonrisa de los Siervos
de Lucas Olmedo
(A partir de la literatura de Robert Walser)


Juan Pablo abandona la ciudad y su cómoda pero odiosa vida familiar, para inscribirse como alumno en el Instituto de Servicio Doméstico que dirigen los hermanos Walser, en las afueras de Malargüe, Mendoza.
El objetivo que los Hermanos Walser persiguen es la formación de sirvientes para su posterior ubicación en la burguesía de Buenos Aires. Pero desde hace unos años, el prestigio y la popularidad de su escuela se ha perdido, y las solicitudes que desde allí se envían, son rechazadas.
Han pasado unas semanas desde la explosión del volcán "El descabezado", y la caída de cenizas imposibilita el pastoreo y las tierras comienzan a devaluarse. Por otro lado, el "torneo anual del buen doméstico" se avecina, y el recuerdo de un bochornoso desempeño en la edición anterior es una astilla clavada en la carne del instituto. A pocos kilómetros un antiguo alumno, ha abierto otro colegio que también enseña el arte de la servidumbre, impartiendo las mismas lecciones, repasando los mismos ejercicios y los mismos simulacros... pero hay un agregado importante, que parecería ser la causa de su prosperidad y renombre: La presencia femenina.
Tras el inminente ocaso al que se dirige el Instituto Walser, sobrevuelan rumores de cambios: la llegada de las muchachas. Y por ende una acción melancólica y ridículamente desesperada: Su Espera



Actuan
Eugenio Schcolnicov
Gustavo Detta
Carlos Nuñez
Guadalupe Rodriguez Catón
Ignacio Bartolone
Nahuel Cárdenas
Ariel Obregón
Música Original
Ariel Obregón
Coreografía
Alfonso Baron
Yesica Alonso
Prensa
Andrea Feiguin - Leticia Hernando (TeHagolaPrensa)

Asistencia de Dirección
Graciela Legammare
Diego Martinez

Dramaturgia y Dirección
Lucas Olmedo


Dijo la crítica:

"Una Grata Sorpresa del Off:
Una acabada muestra de efectividad escénica desde la dirección, la planta escenográfica y un elenco juvenil que se luce con recursos más que legítimos"

Héctor Puyo (Télam: Agencia de Noticias)

Nota Completa:
http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=79822&id=186610&dis=1&sec=12



"Una puesta arriesgada y original para tener en cuenta y descubrir en sus pequeños detalles.
Buenas actuaciones y pequeñas y sutiles pinceladas de profunda dramaturgia"


Daniel Gaguine (Noticias Urbanas)

"Las actuaciones de Eugenio Schcolnicov, Gustavo Detta y Alfonso Baron son muy buenas, logran exponer con claridad el interior de sus personajes, a eso hay que sumarle un manejo corporal estupendo. Carlos Núñez realiza un festival de matices y texturas para delinear con claridad su cambiante personaje. Guadalupe Rodríguez Caton llega a transmitir el resquebrajamiento de un tiempo ya ido.
Mención aparte para el músico y actor Ariel Obregón, su máscara y los climas que crea con su contrabajo son un punto altísimo, mérito también a la dirección por la forma artística de incorporarlo en las escenas.
La Sonrisa de los Siervos es una obra de un alto valor estético con un variado menu de temas para reflexionar."

Gabriel Peralta (Crítica Teatral)


“…el trabajo de dramaturgia de Lucas Olmedo es excelente, del mismo modo que la dirección.Es absolutamente notable esta puesta en primer plano, sin ironía, entendida literalmente, de lo que hay que hacer para servir a los otros, borrándose del mundo, mostrándose como un simple apéndice, sin vida propia, sin más objetivos que el estar al servicio de alguien.
…La obra tiene mucho humor, porque muestra lo que habitualmente se tiende a esconder debajo de la alfombra de manera descarada.Todas las actuaciones son muy buenas, el trabajo con el espacio es fantástico, del mismo modo que el vestuario, la música y la iluminación.La sonrisa de los siervos nos hace sonreír a nosotros, pero también nos hace reflexionar.”

Mónica Berman (Alternativa Teatral)

Nota Completa: http://www.alternativateatral.com/ver_critica.asp?codigo_critica=176



"Intensa espera bajo una nube gris:
La dirección de Olmedo es impecable, además de un muy buen manejo de actores, de interesantes momentos casi hiperrealistas, armó una puesta en escena dinámica, desde la concepción del dispositivo escénico, apoyado por un sugestivo diseño lumínico
Un texto poético, metafórico al que se le suman buenas actuaciones"

Gastón Olivera (Revista Vea Más)



"Este sombrío relato, rico en despertar incomodidades e interrogantes, acrecienta su cerrazón gracias a una excelente escenografía diseñada por Verónica Gilotaux, al muy adecuado vestuario –labor de Guadalupe Rodríguez Catón– y, por supuesto, al afinado trabajo del elenco formado por Ariel Obregón, Carlos Núñez, MaiaRubinsztejn, Nahuel Cárdenas (una promesa de once años de edad), Gustavo Detta, Alfonso Barón y Eugenio Schcolnicov, estos tres últimos desarrollando sus personajes (los alumnos) en una infinidad de recursos utilizados con suficiente precisión, indudable mérito del trabajo de dirección de Lucas Olmedo, responsable también de la dramaturgia, creada a partir de la literatura de Robert Walser."


Lucho Bordegaray (Revista Imperio)




Desde el Sábado 16 de Agosto. A las 21:00 HS - ESPACIO CULTURAL URBANO
Dirección: Acevedo 460 (altura Av. Corrientes 5400) Capital Federal - Buenos Aires - Argentina.

Teléfono: 4854-2257


martes, 22 de julio de 2008

El Grito

Anoche sacamos fotos, en un lugar que pronto no existirá más para nosotros. Un lugar que no nos vio mucho las caras. Es una pena. Nos hubiera sabido aguantar perfectamente.


Un grito... un grito zarpado pegate. Desde adentro. Uno de esos que duelen. Y se dio, el grito punzante. A dúo.








sábado, 19 de julio de 2008

Lola


Esta es mi perra.

miércoles, 16 de julio de 2008

Fría noche de invierno


El ambiente estaba completamente enviciado. Casi no se podía respirar. Yo estaba todo transpirado y no me importaba para nada disimularlo. Mire mi baso de wisky y verlo vació me lleno de amargura, de desilusión. Comprobé que solo me quedaban unos hielos a punto de derretirse, me los puse en la boca y sentí como un escalofrió tremendo me transito todos los huesos y me llego hasta lo más profundo. En la mesa que estaba a mi lado me miraban dos señoritas y se cuchicheaban algo que me causaba mucha intriga pero al rato me distraje y no les preste más atención. La música del lugar ya me estaba aturdiendo un poco. Estaba disgustado ahí adentro y decidí irme con una impunidad… Cuando me levante note como las señoritas me clavaban la mirada en la nuca. Me di vuelta y las miré fijo. Ellas también se me quedaron mirando fijo, como esperando alguna reacción. Pero no soy bueno para las reacciones. Así que solo sonreí y seguí mi camino hacia la salida. La cual encontré de milagro.
Ya en la calle, respiré profundo, aliviado. El viento frío me golpeaba en la cara, y eso me provoco nuevos escalofríos, claro, la transpiración no me ayudaba. Recordé a mi madre, cuando me decía que me abrigue después de jugar al fútbol. Siempre se preocupo por que me abrigue.
Camine muchas cuadras en la noche. Una noche tenebrosa. Digna de alguna novela policial. Me causó gracia el hecho de imaginarme detective. Y balbucee algunas frases sin sentido. Daba algunos pasos y de repente me frenaba, me quedaba inmóvil unos segundos y muy despacio me daba vuela como si detrás de mí tuviera la cámara a la cual le tenía que actuar. La mirada que ponía era una mirada penetrante. Me estaba imaginando en una película de detectives. Mi pepel no era el de un buen detective, más bien era bastante malo. Torpe.
¿Qué era, una comedia entonces? Era como Peter Sellers en “A shot in the dark” o en castellano “Un disparo en las sombras”.
La cuestión es que saque un cigarrillo, el último que me quedaba. Lo encendí y me senté en el hall de un edificio que solo tenia un foquito. Un maldito foquito que se encendía con el más mínimo movimiento.
Como me ponen nervioso esos foquitos. Esos foquitos indecisos. No saben lo que quieren. Pensaba para mis adentros.
Cuando le di la última seca al cigarro. Paso por delante de mí un perro vagabundo. Hermoso. Con una impronta tal de quien conoce la calle como nadie. Lo observe detenerse a mirar la calle atentamente. Era el dueño de la calle. Observe hasta el más mínimo detalle de cómo se paraba. La cabeza bien levantada, las orejas de la misma manera giraban en busca de los sonidos de la noche. Dio vuelta la cabeza y me miró fijo. Me hizo acordar a las señoritas del bar. Pero con él me sentí mucho más cómodo. Nos miramos como entendiéndonos. Éramos dos vagabundos sin saber a donde ir. Sin saber que hacer. Se relamió como saboreando el hedor de alguna bolsa de basura… y yo quise creer que me había sonreído. Como aceptándome, como si me estuviera permitiendo compartir esa cuadra, esa noche.

Ana


Equilibrio, es el estado de un cuerpo cuando fuerzas encontradas que obran en él se compensan destruyéndose mutuamente. Y se mantienen inalterables a lo largo del tiempo. En pausa. En equilibrio.
Un estado por demás necesario. Desde mi punto de vista, fundamental.
O también, actos de contemporización, prudencia o astucia, encaminados a sostener una situación, actitud, opinión, etc., insegura o dificultosa. Situaciones en las cuales nuestra capacidad de tomar decisiones sufre una especie de perturbación, que detiene nuestro razonamiento. Logrando la perplejidad, que se evidencia en la mirada perdida. Solo en la mirada, porque nuestros pensamientos ruedan a velocidades incalculables. Más que nunca es necesario el equilibrio.
No es algo que se tiene en todo momento. Es algo que esta ahí, impalpable.
Los polos no son buenos. Una vez, una persona, que no voy a mencionar quien fue, porque no viene al caso, me dijo: Todo asesino, alguna vez, le acaricio la cabeza a un niño. Es verdad. Absolutamente. No digo que este bien salir un poco, solo un poco, a hacerle daño a alguien por ahí, y que en los tiempos libres uno trabaje de niñero. El equilibrio no está ahí. Va, cada uno hará lo que quiera, en definitiva, es lo más saludable. Y cada uno tiene sus propios parámetros de donde están sus polos. Es simplemente un paralelismo.
En fin. Ana buscaba el equilibrio. Y lo encontró cuando al cruzar la calle, un vehiculo azul, de un azul muy fuerte, que se desplazaba a gran velocidad, freno justo frente a ella.
Su primer reacción fue quedarse en pausa. Perdón si soy un poco reiterativo. Trato de narrar lo que ella me contó, con sus mismas palabras. Una pausa que duro años según ella.
No entendía porque ese azul intenso se había detenido a sus narices. Justo frente a ella. ¿Por qué la había elegido a ella cuando había miles de personas más para elegir?
En un punto le gustaba haber sido ganadora, de algo que aun no sabía si la haría feliz. O si sería una de las últimas veces en su vida que se había levantado de su cama con una sonrisa, cosa que pocas veces sentía.
Cuando logro salir del remolino que ocasionaban los recuerdos que le causo ese azul tan intenso, el azul más penetrante que había visto en toda su vida, se abrió la puerta del conductor.
Bajo una mujer de cabellos negros. Llevaba puesto un sobretodo gris, con unas botas negras que le llegaban hasta las rodillas, y dejaban asomar apenas un pantalón negro ajustado. Debajo del sobretodo noto que en el cuello de la camisa blanca tenia una pequeña mancha amarilla. Le molestó. Ana es muy limpia y prolija en todo. Los lentes negros, enormes que le cubrían casi toda la cara también le parecieron exagerados. Tenía una cara larga, exótica, y se paró frente a ella.
En ese momento, se escucho la sirena de una ambulancia, o un patrullero, no supo exactamente que era. Pero las dos voltearon para ver, guiándose por el sonido. Cuando ya el vehiculo giraba la esquina.
– ¿Qué habrá sido? – pregunto Ana.
–No se, pero parecía apurado – dijo la Morocha
Se estudiaron varios minutos. Como si días atrás se hubieran retado a duelo. Y ese era el momento de la verdad, el momento previo a desenfundar y que solo una de las dos quede en pie.
La morocha gano la pulseada y arremetió.
–Te estaba buscando – le dijo.
–Eso ya lo se – respondió Ana. – Lo que no me dijiste es para qué. Puedo imaginar algo, pero no se. Tengo miedo de equivocarme. –
– ¿Que perderías si te equivocas? – pregunto la Morocha
Era una excelente pregunta me dijo Ana. Se quedo pensando unos segundos.
–Nada – le dijo.
–Entonces pregunta – interrumpió la Morocha.
– ¿Te debo algo? – pregunto con un poco de miedo.
–Me debes un montón de explicaciones. Pero no nos vamos a quedar acá paradas todo el día. ¿Me acompañas? – y la invito a subir al auto.
Por algún motivo que desconozco, Ana subió sin decir ni una palabra. El auto olía a limpio, algo que logro bajar sus pulsaciones lo suficiente como para tranquilizarla y disfrutar de haberse animado a vivir esta nueva experiencia… Ana no es de confiar en nadie. Todo lo contrario.
El auto era un Mustang Shelby GT500 KR del 67. Ella lo sabía porque Javier, su ex novio, quien la había dejado hacía 4 meses y 7 días, era un fanático de los autos. Increíblemente, un fanático de ese auto en el cual Ana se encontraba, por lo cual todo el interior del coche le parecía conocido, claro, ya había visto miles de fotos que Javier le había mostrado. La de la cara exótica puso primera y salio arando. Ana atino a ponerse el cinturón de seguridad y a sujetarse fuerte del apoya brazos, dedujo que sería un viaje movido. Miraba por la ventanilla y no reconocía las calles, eran calles que nunca había visto. No le importo.
– ¿Consume mucho? – Pregunto. La Morocha ni la miro. – Este es el coche preferido de Javier. Mi ex novio. Se que tiene un motor muy potente.
Este auto fue protagonista de una película, pero no me puedo acordar ahora de cual era… la tengo en la punta de la lengua. – Dijo Ana al mismo tiempo que sacaba la lengua y se la tomaba con la punta de los dedos, tirando cada vez más fuerte, como queriendo arrancarle vocales y consonantes, y muchas cosas más. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo se empezó a reír. Se tentó. Y no paro por 7 minutos. O un poco más, no supo decirme tampoco.
Siguieron andando. Ya habían pasado por el medio de una ciudad céntrica, habían estado en una ruta de doble mano, por la cual circulaban muchos camiones en la vía opuesta a gran velocidad. Más de una vez tuvo miedo de que choquen de frente contra esas enormes parrillas de los camiones. Tuvo tiempo de dormirse, y cuando se despertó logró reconocer la puerta de una casa. Era la casa de Javier. Se detuvieron. Ana le dijo que no quería quedarse ahí, que prefería que siguieran andando. Pero la Morocha, puso el freno de mano, y se durmió.Ana no tuvo otra opción que ceder ante sus ganas de ver la casa, por más fuerza que hacia para evitarlo, no logro contener sus ojos. Y vio, como nunca antes había visto, esa entrada. Con otros ojos, vio como la casa de despintaba, se descascaraba, se arruinaban las plantas del jardín, se marchitaban. El tiempo estaba pasando súbitamente. Lloró y termino su duelo. Sonrió. Giro para despertar a su nueva amiga y cuando la sacudió se encontró inesperadamente en su cama, desnuda y con mucho frío. Se incorporó y vio a los pies de su cama su sobretodo gris.

martes, 15 de julio de 2008

Digitales

Digitales es una banda muy recomendable para momentos especiales. La conoci en Florida y Diagonal Norte. Sali del subte y me llamo la atención un sonido muy potente. Y me quede a escucharlos antes de ir al ensayo al que me dirigía. Hasta les compre el disco.

Momentos especiales.

Si supieras de lo que somos capaces...

Cuando no tenemos nada que hacer. Hacemos cosas como estas. A mi, me causan mucha gracia.






Inspired by Terranova


No es casualidad, es causalidad. Algun día, quizás, retomemos el proyecto con mi compañero. Por ahora solo se dan estas cosas que mucho distan de un ensayo.


Pablo enviado 15/07/2008 3:53:
ya hay comentarios?
Gustavo dice:
jajaja
Gustavo dice:
no
Gustavo dice:
no tengo ninguno
Pablo enviado 15/07/2008 3:53:
creo q hay comjentarios en el blog de kpucha!
Gustavo dice:
Como nos reimos hoy...
Pablo enviado 15/07/2008 3:54:
siiii!!!!
Gustavo dice:
Mamadera
Gustavo dice:
que estas haciendo?
Pablo enviado 15/07/2008 3:56:
yo deje un comentario no lo leiste?
Pablo enviado 15/07/2008 3:56:
nada me estoy yendo a dormir yaaa!!!
Gustavo dice:
no, ahora lo voy a ver
Gustavo dice:
escuchame
Gustavo dice:
mañana te llamo temprano
Gustavo dice:
esta bien?
Pablo enviado 15/07/2008 3:57:
jajajaj! si decime
Pablo enviado 15/07/2008 3:57:
si,, mañana hablamos!!
Gustavo dice:
bueno
Gustavo dice:
abrazoaaaash
Pablo enviado 15/07/2008 3:58:
ta mañana !! abrazooa!!

lunes, 14 de julio de 2008

Lo primero es lo primero


Me inicio en este mundo cibernético de una manera un tanto peculiar.

Sorpresivamente, para mí, me encontré completando datos en esta pagina, y me tento la idea. La idea de crear algo, que aún no se de que me puede servir. Pero estoy tentado.


Bodonga: K-pucha es (puede ser?) un lugar que te sirva a vos. A mi, a mi vieja, o a alguien...
Pablo: Y a mi?
Bodonga: Si a vos también Pablo. Un lugar para encontrarse y encontrarte, porque no? Porque no?

Pablo: Porque naaooo.

Bodonga: Uno núunca sabe.